Reiki ha sido mi gran ruta durante 22 años.
He aprendido muchísimo y me ha llevado a otros puertos igual de interesantes. Pero como sucede en la vida, nada es inmutable, todo está en constante movimiento y la mía no podía ser menos.
Me han encontrado diversas herramientas que llevan a un mismo fin: conectarte con tu ser esencial, tu conciencia superior (o como cada cual quiera llamarlo) y Reiki, aunque es la principal, no ha sido la única.
Como ya os he comentado en alguna ocasión, considero muy importante trascender la metodología y llegar a la esencia del método. Nunca fui muy partidaria de parafernalias, rituales y dogmas, pero los asumí porque así lo "exigian" l@s maestr@s y porque es la forma más eficaz de llegar a transmitir una enseñanza basada en el "aire", en la energía invisible que tanto nos cuesta comprender.
Me formé en diversas escuelas buscando la autenticidad del método, incluso viajé a Japón para hacer la Maestria y conocer mejor su origen. Viaje que me cambió la vida, y precisamente por eso, tras un análisis profundo, creo firmemente que la única vía eficaz para transmitir Reiki es vivir en amor, compasión e inteligencia. El Anshin Ritsumei.
Esa energía que nos empodera y nos demuestra que nada ni nadie es más ni menos, que todos estamos transitando la misma experiencia humana por elección propia (aunque olvidada) y cada uno de nosotros creamos nuestra realidad a base de lo que queremos creer.
Considero que ha llegado el tiempo de no llamarme "Maestra de Reiki" (ni de nada), porque debo seguir profundizando (y no teorizando) sobre una parte del método que siento trascendida y aunque, sí me siento muy agradecida por toda la enseñanza y por todas las experiencias compartidas, voy a darle una vuelta a este camino.
Esto no significa que Reiki no valga, no sea increiblemente eficaz y maravilloso, por supuesto que no. Es simplemente que no lo voy a enseñar más tal y como lo venía haciendo. Ya no me siento llamada a impartirlo de forma presencial, ni a dar terapia.
Creo que lo interesante es enseñar a cocinar, mostrar los ingredientes y su elaboración, pero no proporcionar el menú para ser consumido, sin más.
Hay infinidad de maestr@s dispuest@s a compartir con vosotr@s sus conocimientos, así que, solo es cuestión de buscar y encontrar el que más se aducúe a vuestra idiosincrasia.
No voy a cerrar este blog, pues es parte de mi historia, nuestra historia con Reiki, pero creo que no escribiré más al respecto (o esa es mi intención ahora, aunque nunca se sabe...) lo dejaré a disposición de todo aquel que quiera leerlo.
Gracias infinitas por esta experiencia maravillosa.
Hasta siempre
