Seis meses conviviendo con la incertidumbre no puede dejarnos indiferentes...De hecho, no lo ha hecho.
En este tiempo hemos experimentado cambios importantes en nuestras vidas, tanto a nivel interno como en la cotidianidad, cambios sustanciales que o bien son fruto de una profunda reflexión o bien la reflexión llegará detrás de la circunstancia que generó el cambio. De cualquier manera, es un buen momento para mirar hacia atrás y analizar el proceso, con calma y compasión.
Estoy segura que todas y cada una de vosotras tenéis una historia que contar, un aprendizaje que os ha dejado huella, os ha devuelto a un inicio olvidado u os ha llevado a un camino paralelo, o quizá os ha ayudado a confirmar vuestra ruta y rutina... quien sabe, cada una somos un mundo.
Con Reiki pasa algo similar.
No es que Reiki haya cambiado con el virus, NO! Soy yo quien ha abierto la puerta a Reiki de una forma más libre, dejando espacio a otras maneras de vivirlo y complementarlo. De alguna forma estoy volviendo a mis orígenes de búsqueda, consciente del valor de lo hallado.
Se abren nuevos horizontes para Reiki y la humanidad en general, y hay que adaptarse. La era digital nos salva del aislamiento y nos ofrece una forma diferente de llegar a todas partes en cualquier momento. Esto me recuerda a la enseñanza del segundo nivel. ¿Recordáis? Ni tiempo ni espacio.
Reiki viaja en el espacio como la energía viva que es, ¿Cómo no vamos a viajar nosotros?
Aún soy una aprendiz, pero estas herramientas de comunicación van a ser mis manos y mis palabras, mis ojos y mis oídos, a disposición de todas vosotras. Estoy trabajando en nuevas prácticas y formas de compartirlas, aprendiendo de otros maestros y disciplinas, porque nunca se sabe demasiado, sobre todo si no se siente, y como la práctica hace al maestro, no me queda otra que practicar de lo lindo.
Un nuevo horizonte asoma al final de la cuesta, que cuesta pero finalmente gratifica.
Nos vemos muy pronto.
Gassho
